La doctora Lucía Ramos, especialista de 40 años en medicina interna, revisa su correo desde su clínica en Quito. Entre papeles y expedientes digitales, aparece un nuevo consentimiento informado para un procedimiento delicado. Hace unos años habría impreso varias copias, entregado al paciente, escaneado, archivado... todo un proceso que consumía tiempo y riesgo de errores.

Hoy, con UniverseID, las cosas han cambiado: revisa el documento desde su computadora, toca el botón de firma electrónica, y todo ocurre en segundos. No solo eso: sabe que esa firma tiene plena validez legal en Ecuador, al amparo de la Ley de Comercio Electrónico, Firmas Electrónicas y Mensajes de Datos, vigente desde 2002. Lucía guarda esa tranquilidad no solo porque el documento ya está firmado, sino porque cuenta con evidencias técnicas la hora exacta, su IP, el hash del archivo que garantizan que nada fue alterado después de su aprobación. Eso le permite centrar su atención en el paciente, no en la burocracia.

Además, en el contexto sanitario ecuatoriano, documentos como consentimientos informados, historias clínicas y autorizaciones deben custodiarse con estricta confidencialidad e integridad. UniverseID integra esos protocolos: el archivo digital está protegido, con acceso restringido sólo a personal autorizado, y con registro de quién accede y cuándo.

La doctora Lucía sabe que, al firmar con UniverseID, también ahorra espacio físico, reduce el riesgo de extravío de expedientes y transmite una imagen moderna y segura a sus pacientes. Su asistente solo imprime cuando es estrictamente necesario; el resto del proceso es digital, eficiente, confiable.

Una vez firmado, ese documento puede compartirse de forma segura con otros colegas o archivarse en línea, manteniendo siempre su autenticidad. Ya no importa si el profesional está en la consulta, en otro piso o en teletrabajo: todo está protegido, visible y disponible.